Culminando el año, es un excelente momento para desearnos entre todos felicidad, salud, y un mejor año nuevo. Además, es un momento de reflexión, de cada uno, de nuestra historia y de nuestras vidas. Muchos nos preguntamos de dónde venimos y hacia dónde vamos. Esta respuesta es muy importante para saber si fuimos capaces en este año, que está terminando, de avanzar o retroceder en nuestras vidas, como también en el país y en el mundo.
Finalizamos el año con un largo sueño acariciado por todos los pueblos de América Latina. El 2 y 3 de diciembre, se conformó por primera vez el CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) donde los 33 presidentes de América Latina y el Caribe, se reunieron sin Estados Unidos y sin Canadá, para marcar el rumbo independiente de todos los habitantes al sur del río Bravo.
En Uruguay todos los índices económicos demuestran que avanzamos. Los problemas que tenemos los abordamos: la educación, la seguridad, etc. y entre todos, los vamos a resolver.
Venimos de largos años de dictadura militar, de la falta de libertades y de una profunda crisis económica. Hemos dado pasos consolidando la democracia y hoy queremos avanzar en construir sociedades más justas.
En este marco, debemos profundizar la democracia con la participación de la gente, de cada uno de los ciudadanos, y la creación de los municipios va por ese camino.
Con el permiso de los lectores, quiero hacer una reflexión personal, casi familiar. Hoy a mis 62 años y después de haber luchado toda mi vida, cada mañana me dice mi familia: “Ya va a salir, vas a cambiar el mundo”. La conclusión que quiero compartir con ustedes: es que el sueño de cambiar el mundo en dos días no es posible, pero cada uno de nosotros, cuando termina la jornada debe preguntarse: “¿Hice algo para que el mundo sea un lugar un poco mejor?” Cada uno encontrará su respuesta. El ser humano vive siempre en cuestiones negativas, no pudiendo así visualizar lo positivo que es lo único que nos puede dar lo imprescindible para vivir con la esperanza de poder cambiar las cosas.
Ramón Cabrera/Concejal Municipal