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08.07.2011 - 11:25

Carnaval

  • Los Diablos Verdes

Diablos Verdes nació en 1939 en la barriada de La Teja, en calles de tierra y zanjones, más precisamente en Dionisio Coronel, entre Real y Carlos Tellier. Fue fruto de la inspiración de un grupo de botijas que decidieron sacar una murga y debe su nombre a una de las vecinas (Doña Carlota) que apoyaron confeccionando los trajes de arpillera que lucían orgullosos los chiquilines dirigidos por el pequeño Antonio Iglesias.

Los primeros instrumentos que utilizaron fueron construidos por otro Antonio Iglesias, que aunque parezca mentira no tenía ningún parentesco con el incipiente director. Otros de los vecinos que colaboraron mucho en esta gestación fueron Santiago Campos y Hernán Cejas.
Ese primer año salieron a recorrer la barriada con su canto, utilizando algunas letras propias escritas por los propios niños, en colaboración con sus padres, y otras pertenecientes a los grandes que pretendían imitar.
Al año siguiente ya son varios los barrios que visitaron.

En 1941 se mandaron “la patriada” de ir a pie hasta la ciudad de La Paz para actuar. La colaboración de Raúl Varela les permite extender su campo de acción a todo Montevideo, ya que se ofreció a transportarlos en un camión Ford de su propiedad. Manuel “Huesito” Pérez, autor de la célebre retirada del ‘32 de Asaltantes con Patente, decidió poner su pluma al servicio de estos precoces murguistas, quienes pasaron a cantar exclusivamente sus propios repertorios.

En 1946 se produjo su debut en el Concurso de Agrupaciones figurando como director responsable Rufino Cejas, correspondiéndole una mención especial, equivalente al sexto puesto al finalizar el certamen.

En 1959 logran el primer premio y comienzan una racha de éxitos impresionantes,  transformándose en una de las murgas más populares

Fuente http://www.diablosverdes.com.uy/

  • La Reina de la Teja

Esta murga nace en el Sportivo del Sur y luego pasa al Club Arbolito, en la Plaza Lafone.  Aunque sus integrantes son partidarios de diversos clubes de fútbol, sus raíces se identifican con el Club A. Progreso; de allí sus colores rojo y amarillo. Participó por primera vez en el carnaval montevideano en febrero de 1980 y desde ese momento ha expresado en sus cancines el sentir propio del barrio obrero y solidario. En 1994 obtuvo el primer premio de murgas, compartido con “Los Arlequines”.