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30.08.2012 - 12:30

En comunidad

Publicada en el tercer diario de 2012 correspondiente a Julio-Agosto.

Muchas son las cuestiones a las que se dedica el Municipio: calles, alumbrado, limpieza, barrido, entre otros. Todo en pos de mejorar los barrios donde vecinas y vecinos viven y conviven.
En los últimos días, el Presidente de la República, José Mujica, dio a conocer una serie de medidas que se enmarcan en este sentido, en poder reflexionar acerca de una estrategia para la vida y la convivencia, recuperando valores, familias, barrios.
Nuestra zona es rica en organizaciones sociales sindicales, estudiantiles, clubes de baby fútbol, comisiones de escuelas, liceos, comisiones de barrios, comisiones de cultura, cooperativas de viviendas, de trabajo. Pero hace falta más.
Hace falta rescatar y profundizar aquellos valores de solidaridad, compromiso, de buena vecindad, que otras generaciones supieron tener. Nunca fue todo ideal, siempre hubo violencia en el fútbol, en la familia, en la vida; siempre existió, pero hoy “la cosa está difícil”, se escucha por todos lados.
Es así, que crece la violencia doméstica, el consumismo, las adicciones, el abuso hacia los niños y los adultos mayores, el maltrato entre los niños y jóvenes en los centros de estudio, en los barrios, en la cancha.

El “no te metas” se ha hecho una filosofía de vida, provocando que el individualismo cobre protagonismo, y vemos, muchas veces, cómo los gurises de la cuadra van transformando su vidas, desaprovechándolas a través de las adicciones, los robos, que conllevan al abandono, a la falta de contención y,generando que
nuestra rutina se transforme en un miedo permanente al transitar por nuestro barrio.
El saber y querer convivir en un barrio implica todo lo contrario: tener la valentía de aceptar al vecino, de querer la cuadra donde uno vive y cría a sus hijos, adaptándose a las diferencias. La tolerancia, la solidaridad y el estar convencido que debemos ayudarnos, es la única forma de defender los derechos de todos, es interesarse por tener una mejor convivencia
En el municipio se han establecido alrededor de veinte Mesas de Convivencia en diferentes zonas: Paso de la Arena, Santiago Vázquez, Nuevo Sarandí, Casco del Cerro, Cerro Norte, Nuevo París, La Teja, que dependen del Ministerio del Interior.

La finalidad de las mismas es que los barrios no sólo vuelquen las problemáticas puntuales de seguridad en su zona, sino además, encontrar soluciones para mejorarlas entre todos. Es así que nosotros como municipio, participamos de esas mesas tratando, entre otras cosas, de mejorar espacios públicos, limpiar
las plazas o crear otras nuevas, reponer o colocar focos de luz en aquellos lugares oscuros; hacer de los barrios un lugar más “habitable” llevando, por ejemplo, cultura a través del Programa Esquinas de la Intendencia de Montevideo y coordinando con Mides e INAU para que atiendan las necesidades de todos los vecinos, aquellas que detectan y que necesitan apoyo.
Esos espacios, que hacen reflexionar, son fundamentales a la hora de sentarse a pensar entre todos cómo mejorar el barrio, porque en definitiva lo que quiere el vecino es vivir tranquilo con su familia y su comunidad.

En conclusión, proponer una estrategia para tener una mejor convivencia sin dejar de respetarnos.
Generar en conjunto cambios que le permitan a cualquiera salir a trabajar y volver tranquilo, salir a caminar, a tomar mate y ver jugar sus hijos sin tener problemas. Estas mesas han permitido avanzar en la responsabilidad que tiene la policía en el cuidado y prevención de la seguridad de las distintas zonas. Quien mejor que el vecino para decir dónde está el problema, pero la represión no alcanza, hay que
actuar antes, evitar que esas situaciones sucedan. De allí la importancia de organizarse, de ver al vecino como la persona más cercana y, juntos, establecer códigos de convivencia, ya que no sería la solución tener un policía en cada familia. Es responsabilidad de la familia cuidarse y de todos nosotros el vivir en sociedad. Tener espacios y metas en común para que, de alguna manera, nos acerquen cultura a los barrios, que los gurises reciban educación, trabajo y solidaridad, y tener barrios limpios. Ver el barrio mejor nos permitirá, no sólo tener otra calidad de vida, sino que nos hará sentir mejor.

Cada vez que vamos a una escuela el reclamo y deseo de los niños es tener un barrio con flores, hamacas, toboganes, canchitas, parques, luz; un discurso que se repite en las mesas de convivencia de las personas adultas. No es casualidad que los niños reclamen siempre lo mismo, simplemente es esa expresión de deseo que todos tenemos, pero que sólo ellos expresan. Volver a recuperar aquellas cosas que nos hacían más felices, conviviendo con los otros.