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01.09.2015 - 10:03

Detrás de las paredes

Durante 2013 y 2014 el INAU (junto a ONGs) realizó una investigación en el oeste de Montevideo sobre la explotación sexual de niños/as y adolescentes.

“Soy Gabriela, a los 13 años después de dejar la escuela, una amiga me llevó a un cumpleaños, allí había jóvenes y adultos; me dieron de tomar algo, no recuerdo que pero me sentí rara, después de ese momento pasaron cosas que hoy prefiero no recordar. Esas reuniones se hacían más seguido y llegó un momento que dije que no iba más, entonces el hermano de mi amiga, que me había llevado la primera vez, me golpeó y me dijo que debía ir si no quería que le pasara nada a mis hermanos. La droga, las fiestas y las relaciones con personas de todas las edades, con plata y sin plata, se fueron sucediendo y cuando quise acordar tenía 20 años, tres hijos que alimentar, sífilis y ningún lugar a donde escapar....

Durante 2013 y 2014 el INAU,junto a organizaciones sociales, ONGs y técnicos de la zona, tomó la iniciativa de realizar una investigación en el oeste de Montevideo sobre la explotación sexual tanto de niños, niñas como adolescentes.

Sabiendo que no es una realidad que sólo se ve en el oeste, pero pensando
en la necesidad de saber y conocer de primera mano la situación actual que
viven decenas de adolescentes, niñas y niños; con el fin de generar sobre
la base del diagnóstico en el terreno, medidas y acciones comunes que
permitan no solamente denunciar las situaciones que se dan.
Se aplica la ley (Ley Nº 17.823 – 2004, Arts. 15, 22 y 130) que condena la fabricación, producción, comercialización o difusión de material pornográfico
y la facilitación de su comercio y difusión; la retribución o promesa de
retribución a menores de edad para que realicen actos sexuales o eróticos
de cualquier tipo; la contribución a la explotación sexual y el tráfico de
personas menores de edad del Código de la Niñez y la Adolescencia que
incluye entre las situaciones de maltrato y abuso del niño o adolescente:
a la explotación sexual comercial infantil, la pornografía y al abuso sexual.

Bajo la escusa de la realización de la Regasificadora y el traslado del
Mercado Modelo como Unidad Agroalimentaria de Montevideo (UAM) a
la zona de Los Bulevares, sumado a la gran cantidad de emprendimientos
logísticos y fabriles que se están instalando a la zona, hacía necesario un
estudio de impacto en este tema tan lamentable.

 

En el oeste de Montevideo nace la mayor cantidad de niños del país bajo
la línea de pobreza.
Buena parte de esta población vive en asentamientos irregulares y el acceso
a los servicios básicos escasea.

El desempleo y la economía paralela campea, y se mueve como base de
una subcultura que conocemos pero que no todos vemos, y que sin considerarla
real la aceptamos como parte del sistema imperante.
¿Es sano qué el padrastro que crió una niña deje a la madre y se vaya a
vivir con ella a otra casa? ¿O qué una joven de 14 años tenga una pareja de
50 años?

Los acuerdos dentro de una subcultura que toma como “elementos naturales”
actitudes o conductas que en otros extractos sociales se toman como aberrantes, son aceptados; no sólo por este colectivo que reproduce este tipo de conductas, generación tras generación, sino que es aceptado por el resto de nuestra sociedad
como algo “normal”, dentro de este tipo de vida de la que no soy parte. Si uno toma como base el zoológico expositivo que fue el “supuesto documental” que tuvo mucha polémica y denuncias de sobornos en el 2002, que Mario Handler realizara
con el nombre de “Aparte”, intentando mostrar una cultura de la que la
mayoría de los uruguayos “supuestamente” no tomamos parte. Puede
servir para tomar algunos elementos del lenguaje y conductas que no son
mayoritarias y se establecen.

La explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes existe,
aunque uno por omisión o falta de conocimiento lo legalice o lo tome
como parte de los “grandes males de la sociedad”; si bien son pocos los casos
que se denuncian: la explotación, la utilización de personas menores
de 18 años para actividades sexuales remuneradas a través del pago
o promesa de pago económico o de otra índole para el niño, niña o adolescente
víctima o para un tercero es explotación: es un delito. Esto comprende
a la pornografía, al turismo sexual, los espectáculos sexuales, las relaciones sexuales remuneradas, la trata y el tráfico. Según la ONU, la trata de personas es uno de los tres negocios ilícitos más lucrativos del mundo, junto al tráfico de armas y de drogas. Genera unos 32.000 millones de dólares anuales, el 80% tiene fines
de explotación sexual y el 80% de las víctimas son mujeres y niñas. Esta
realidad no sólo sucede en el oeste de Montevideo o en la capital exclusivamente,
de hecho la mayor cantidad de denuncias y procesamientos se da en el interior de nuestro país.

Las cifras del INAU son las siguientes: en 2007, 2008 y 2009 recibió 20
denuncias; en 2010 fueron 21; en 2011 llegaron a ser 40; en 2012 se constataron
51; en 2013 subió a 71; y en 2014 se registraron más de 100 denuncias.
Y la mayoría de ellas siguen siendo del interior de Uruguay.

Hace poco más de 10 años se formó el CONAPEES (Comité Nacional Para la
Erradicación de la Explotación Sexual Comercial y No Comercial de la Niñez
y la Adolescencia) que funciona como espacio donde se elaboran Políticas
Públicas y un Plan Nacional de Acción considerando las normas vigentes
y los compromisos asumidos a nivel internacional por Uruguay respecto
de la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes.

Este comité fue creado en octubre de 2004 y nació a partir de la necesidad
de implementar acciones concretas para combatir la explotación sexual
de niños y adolescentes buscando planificar y proponer, así como elaborar
un plan de acción para la prevención y erradicación de la explotación
sexual comercial y no comercial de niños y adolescentes.

El 7 de diciembre se definió por el Poder Ejecutivo como el Día Nacional
Contra la Explotación Sexual Comercial de niños, niñas y adolescentes.
Con el fin de reflexionar sobre el tema. Denunciar la situación y trabajar
en medidas que permitan la desvinculación de las y los menores que
se encuentran en esta aberrante situación.

Una salida real que los ayude a alejarse, que se denuncie y hacer toma de conciencia social de que el tema existe; que la omisión nos hace tan culpables como los que explotan sexual, comercial y no comercialmente, a los menores. La salida se puede canalizar por la Línea Azul 0800 5050 o en la oficina del
programa, en Paysandú 1846 y 1844 bis; o por el teléfono 2 400 2656.
Tanto si sos víctima o querés ayudar, todas las denuncias son anónimas.

Escrito por Pablo Khalil

Fuentes consultadas:
página web de CONAPEES